Manuel D.Alzon

 


Manuel D.Alzon: Hombre de fe y de su tiempo

Como muchos de ustedes saben, nosotros, los Religiosos Agustinos de la Asunción, mejor conocidos como Asuncionistas, fuimos fundados en el siglo XIX por el padre Manuel d.Alzon, un sacerdote francés al que le tocó vivir el periodo de consolidación de la república francesa. Su vida transcurrió por los diferentes momentos en los que la Francia, recién salida de la Revolución de 1789, fue conformándose como República, vivió en carne propia los diferentes movimientos de revolución, de lucha, de construcción nacional, de guerra, de independencia y de cambios sociales profundos.

Nacer en 1810 y morir en 1880 es abarcar un siglo. El padre d.Alzon pudo constatar en persona, los cambios radicales que trajo la Revolución Francesa con sus ideales de Libertad, Igualdad y Fraternidad, además de nacer durante el Imperio Napoleónico, fue testigo de otras dos grandes revoluciones en 1830 y en 1848. Todos estos acontecimientos históricos afectaron de manera radical la vida de nuestro fundador, al grado de que su servicio a la Iglesia estuvo fuertemente insertado en el contexto social e histórico en el que vivió.

Nació en Le Vigan, al sur de Francia, de una familia noble con un apellido reconocido ampliamente en su país, pues sus antepasados habían dado gloria a su familia al defender a la Iglesia en las Guerras de Religión. De hecho el escudo de la familia ostenta esta fe heroica con el lema .Deo Dati., es decir .Dados a Dios., lo cual muestra la gran atracción, que desde niño, le causaron al Padre d.Alzon, las historias de sus antepasados luchando por la Gloria de Dios.

Si vemos el Escudo de Armas hecho .de sangre con un león coronado que tiene una flor de lis., veremos la nobleza de la familia a la que perteneció nuestro fundador, ya que dicho escudo ostenta los poderes en los que residía tal nobleza, Dios y el Rey. Así que no fue fácil para nuestro padre, el nacer en una familia rica veinte años después de la Revolución Francesa, que surge como protesta en contra de la autoridad absoluta del rey. Así que este movimiento se caracterizó por las persecuciones a la nobleza francesa, y a veces hasta la ejecución en la guillotina. Para el niño d.Alzon no fue sencillo asimilar que sus abuelos habían sido arrestados y metidos a la cárcel, tampoco le fue grato escuchar los terribles relatos de la Revolución, los sacerdotes apresados, la persecución de sus familiares, las ejecuciones, la guerra armada, etc.

De los 6 a los trece años vivió en Lavagnac, en un palacio, con maestro particular y enseñanza de alto nivel. Después emigrará a París para continuar sus estudios, le atrae la milicia, pero después el derecho y más tarde el sacerdocio. Así que durante su juventud se verá abrumado por la toma de decisiones importantes para su futuro. Aunque siempre llevó en la sangre el espíritu militar, pues decía que .la oración hace soldados dispuestos, al primer clarinazo, a empuñar las armas para el combate de Dios., siempre se interesó por este tipo de combates.

Siendo estudiante se integra a la Asociación para la Defensa de la Religión Católica, tratando de defender a la Iglesia de los constantes ataques que recibía de la sociedad, el gobierno, los protestantes y las distintas corrientes de pensamiento que en aquél tiempo atravesaban toda Europa. Comienza a frecuentar la Conferencia Religiosa en la que conoce a Lammennais, primero siente atracción, aunque después formará parte de los discípulos de este sacerdote. Con la doctrina de Lammennais, descubre ideas nuevas que le brindan una visión de la Iglesia que no le vuelve la espalda a la sociedad moderna, sino que trata de insertarse en ella y de transformarla.

Al ver que incluso dentro de la Iglesia se vivía la división, con los galicanos que proponían construir una Iglesia Nacional separándose de Roma y el Papa, quiere comprometerse aún más por la defensa de Dios que está en constante peligro de ser atacado. Así que su idea de defender a la Iglesia se concretiza con la decisión de ser sacerdote. Ingresa al seminario de Montpelier, donde estudia solamente dos años, para terminar su formación teológica en Roma. Donde después se verá casi obligado  a jurar obediencia al Papa y abandonar la amistad de Lammennais, que acaba de ser excomulgado por sus doctrinas sociales. Sin embargo, d.Alzon será incondicional del Papa, por ser cabeza de la Iglesia y Vicario de Cristo.

Se le ordena sacerdote a sus 24 años, en 1834, y el joven sacerdote, tratando de hacer vida su preocupación por la defensa de la Iglesia, se ofrece al Obispo de Nimes, porque en esa ciudad se encuentra la plaza fuerte de los protestantes del sur. Así que quiere combatirlos, se lanza a la controversia inmediatamente, y no es raro que en sus sermones mencione temas como la unidad, la conversión, los derechos de Dios, etc.

Se preocupa por la falta de educación de la mayoría de la gente, descubriendo que esta es la causa de muchos de los males que aquejan a la sociedad de su tiempo, así que apuesta por la educación cristiana en todos los niveles. Desde que llega a Nimes se  lanza a la predicación y a la catequesis, y en 1844 compra un Colegio en quiebra llamado Nuestra Señora de la Asunción, y ahí comienza el combate por la libertad de la enseñanza que estaba en manos del estado. Este colegio, será la cuna de la fundación de una nueva familia religiosa, los Agustinos de la Asunción, en 1850.

Una idea que siempre acompañará su pensamiento, y su fe, es la de la defensa de los Derechos de Dios, que le han sido arrebatados con el triunfo de la Revolución Francesa, esos ideales de Libertad, Igualdad y Fraternidad, han llevado a los burgueses incluso a negar la existencia de Dios, así que es necesario preocuparse por la defensa de sus derechos, que los hombres ya no respetan. Así que es necesario reconocer a Dios como soberano de la Creación, como único Señor, pues es justo y necesario se le reconozca como autor del Universo. De esta forma, la idea del reino, se inserta como su principal preocupación. .Trabajar por el advenimiento del Reino de Dios y por la defensa de los derechos de Dios. es una prioridad que heredará a sus religiosos.

Como hemos visto, en este pequeño recorrido por los primeros años de la vida del padre d.Alzon, se constata que nuestro padre siempre vivió insertado en su tiempo y espacio, la Francia del siglo XIX, y por lo mismo tuvo que dar ejemplo de lo que proponía. Su vida fue coherente con los ideales que lo movieron a ser sacerdote, a fundar dos familias religiosas y a defender los derechos de Dios proclamando el advenimiento de su Reino. Predicando, enseñando, catequisando, trabajando en obras sociales, orando, negociando con las autoridades civiles, fundando familias religiosas, misionando, escribiendo, entre muchas otras obras apostólicas, se le puede ver como un hombre de fe firme y consciente, que vivió su tiempo de manera radical, luchando en contra de las ideas que atentaban contra la dignidad de Dios y de su Iglesia. Por eso podemos decir que fue un Hombre de Fe y de su Tiempo.

Hno. Oswaldo García Sánchez, a. a.

 
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